Si vives en este mundo, seguramente ya hayas oído hablar de los productos ultraprocesados y de la batalla que se está librando en contra de su consumo, cada vez más abusivo.

Y es que no es para menos: el 80% de alimentos que encontramos en cualquier supermercado se compone de este tipo de productos, lo que hace que se vuelvan un básico en la despensa de casa.

Pero, ¿somos conscientes de lo que sucede en nuestro organismo cuando consumimos productos ultraprocesados? ¿Sabemos de qué ingredientes se componen? ¿Y las complicaciones derivadas del consumo de estos productos?

Desde Insulclock queremos aprovechar el Día Internacional de la Croqueta para despejar tus dudas y proponerte alternativas para tu día a día. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es un producto ultraprocesado?

Los productos ultraprocesados, como su propio nombre indica, son aquellos que no contienen ingredientes frescos o completos en su composición, sino elementos ya procesados y derivados de otros ingredientes. Así los define la clasificación NOVA, que categoriza los alimentos según su nivel de procesado.

Diferenciar la comida real de los productos ultraprocesados, tal y como indica el nutricionista Carlos Ríos en su web,  es algo que puede hacerse apenas viendo la etiqueta del producto en cuestión: si la presencia de conservantes, colorantes, almidón, aceites, grasas y azúcares es mayoritaria o prácticamente total, estaremos hablando de un ultraprocesado. Por el contrario, en esta etiqueta apenas encontraremos ingredientes integrales fácilmente indentificables.

¿Y por qué elegimos este tipo de productos frente a los alimentos naturales? La “ventaja” que nos ofrecen los productos ultraprocesados es la comodidad en cuanto a facilidad de consumo, ya que no es necesario mucho tiempo para prepararlos: ¿para qué vamos a perder tiempo cocinando si podemos tener nuestra comida en 2 minutos de microondas?

Además, su precio es más competitivo frente a los productos naturales. Incluso su caducidad es más tardía, lo que ayuda a que compremos estos alimentos en mayor cantidad ya que tardarán más tiempo en estropearse.

Pero estas comodidades, por supuesto, esconden peligros para nuestra salud, tal y como veremos a continuación.

¿Cuáles son los principales ultraprocesados?

Si bien como hemos dicho, solo es necesario fijarse en la etiqueta para saber si se trata de un ultraprocesado, podemos enumerar de primeras una serie de los productos que deberíamos reducir en nuestra alimentación diaria en la medida de lo posible.

En líneas generales, estos productos ultraprocesados entrarían en los siguientes grupos:

  • Refrescos, bebidas energéticas y zumos envasados.
  • Bollería, dulces y helados.
  • Galletas, cereales y lácteos azucarados.
  • Carnes procesadas.
  • Precocinados, pizzas y salsas comerciales.
  • Pan blanco y productos dietéticos.

Este tipo de productos contienen un alto contenido en azúcares, grasas y sales, pero no nutrientes que ayuden a gestionarlos y digerirlos. Al no ser capaz de eliminarlos, nuestro metabolismo sufre alteraciones por la acumulación de estos componentes en nuestro organismo.

Es así como se desarrollan complicaciones tales como la obesidad, el aumento de colesterol, la hipertensión y, por supuesto, la diabetes de tipo 2.

Ultraprocesados y diabetes: el peligro de los azúcares añadidos

Como acabamos de ver, los productos ultraprocesados, al no estar compuestos por ingredientes frescos e integrales, contienen muy pocos nutrientes y sí muchos azúcares añadidos y grasas. Además, su poder saciante es muy bajo, lo que nos lleva a una mayor ingesta de este tipo de productos.

Y debido a esta cantidad elevada de azúcares añadidos, nuestro páncreas necesitará trabajar mucho más para generar toda la insulina necesaria para procesarlos.

Para hacernos una idea, el consumo máximo de azúcares añadidos recomendado por la OMS es de 25 g/día. Esto sería lo equivalente a unas 6 cucharadas pequeñas. Los españoles en cambio consumimos de media unos 71,5 g diarios, lo que supone el triple de este máximo recomendado.

El resultado: una alteración en nuestro metabolismo que deriva en diabetes del tipo 2, enfermedad que, si no se trata a tiempo, llevará a daños mayores e irreversibles en riñones, vasos sanguíneos, ojos, o incluso el corazón.

Alternativas a los ultraprocesados: la comida real

Teniendo en cuenta lo que acabamos de ver sobre los productos ultraprocesados, parece relativamente sencillo saber qué alternativas debemos elegir: simplemente aquellos alimentos que en su composición, en su etiqueta, contengan ingredientes completos.

Sin embargo, no es tarea fácil, puesto que en nuestros supermercados se estima que alrededor de un 80% de los alimentos presentes sean ultraprocesados, frente a tan solo un 20% de alimentos frescos o bien procesados.

Y si cuidar nuestra alimentación es ya importante de por sí, en los casos de diabetes de tipo 1 y 2, esta importancia se multiplica. Por ello, desde Insulclock queremos facilitarte ejemplos de recetas sencillas, variadas, y en las que solo hay comida real.

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