La diabetes gestacional es algo que en muchas ocasiones pilla por sorpresa, ya que puede aparecer aunque la futura mamá no tenga diabetes o no esté familiarizada con esta enfermedad. No obstante, son varios los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes gestacional, tales como tener sobrepeso, ser mayor de 25 años o tener antecedentes médicos de prediabetes o diabetes tipo 2.

Por suerte, se trata de un problema que solo tiene lugar durante el embarazo, por lo que con los controles necesarios y siguiendo las recomendaciones de un médico, no tiene porqué presentar mayores complicaciones.

Para que estés al tanto, te contamos en qué consiste la diabetes gestacional, cuáles son los síntomas y las complicaciones que puede presentar tanto para la mamá como para el bebé.

¿Qué es la diabetes gestacional?

La diabetes gestacional es aquella que aparece por primera vez durante el embarazo, aunque la futura mamá no haya tenido diabetes antes. Consiste en una subida importante de la glucemia o nivel de azúcar en sangre, que puede afectar tanto a la madre como al bebé si no se controla correctamente.

Hablamos de diabetes gestacional cuando la glucemia basal es superior a 125 mg/dl en dos ocasiones o bien superior a 200 mg/dl en una sola vez, tras haber realizado a la embarazado el test de O’Sullivan. En la mayoría de ocasiones, esta alteración puede mantenerse a raya llevando una dieta saludable y haciendo ejercicio diario (que, por supuesto, ha de adecuarse al embarazo), además de realizando controles frecuentes.

Pero vamos a ver más detenidamente porqué puede aparecer la diabetes gestacional y lo que esta dificultad puede implicar tanto en la madre como en el bebé.

¿Por qué aparece la diabetes durante el embarazo?

Como ya sabrás, la insulina es una hormona que se origina en el páncreas y que regula los niveles de azúcar en sangre en nuestro cuerpo. Durante el embarazo son frecuentes los cambios hormonales en la mujer, por lo que la insulina también puede ser una de las hormonas afectadas.

En concreto, es la placenta del bebé la que al generar sus propias hormonas inhibe los efectos de la insulina de la madre. De esta forma van subiendo los niveles de azúcar en sangre, los cuales además se mantendrán más tiempo en el cuerpo de la embarazada después de cada comida. Este cambio se empieza a manifestar a mediados del embarazo, entre las semanas 24 y 28, y es entonces cuando se deben realizar las pruebas médicas necesarias para descartar una posible diabetes gestacional.

Que haya una subida de los niveles de azúcar durante el embarazo es por tanto normal. Lo que debemos controlar es que estos niveles no suban a límites que puedan poner en riesgo tanto al feto como a la madre.

¿Cuáles son los riesgos de las diabetes gestacional?

Si bien las subidas de los niveles de glucosa en sangre son frecuentes durante el embarazo, en el caso de que se llegue a diagnosticar diabetes gestacional pueden aparecer complicaciones serias. Te las explicamos a continuación.

Complicaciones en el bebé

Sobrepeso o tamaño mayor de lo normal (macrosomía)

Durante el embarazo, alrededor de dos tercios del azúcar de la madre se dirigen al feto. Si la glucosa es muy elevada, el páncreas en desarrollo del bebé empezará a producir más insulina de lo normal para contrarrestar, lo que hará que el feto crezca más de lo normal.

Esto supone, aparte de complicaciones en el parto (el bebé puede sufrir lesiones debido al tamaño o que sea necesario el parto por cesárea), que el bebé tenga más probabilidades de nacer con problemas respiratorios. En algunos casos incluso es necesario que reciban asistencia respiratoria, como si se tratara de un parto prematuro. Otros problemas derivados y que afectan al bebé pueden ser las dificultades para mantener el calor corporal y una mayor probabilidad de desarrollar obesidad o diabetes a largo plazo.

Un caso de macrosomía es este de Estados Unidos, en el que el bebé llegó a pesar 7,2 kilos y medir 62 cms, o este otro de China, que llegó a 6’8 kgs. En ambos casos, las madres habían tenido diabetes gestacional durante el embarazo.

Niveles bajos de azúcar en sangre (hipoglucemia)

Debido al incremento de producción de insulina del bebé (hiperinsulinismo) para contrarrestar los niveles altos de glucosa de la madre, hay más probabilidades de que este nazca con unos niveles de azúcar en sangre bajos. En estos casos de riesgo, es frecuente realizar un análisis con un pequeña extracción de sangre en el talón del bebé para así conocer los niveles de azúcar en sangre del recién nacido.

Aunque no tienen porqué presentarse síntomas en el bebé, algunos de los más frecuentes son:

  • piel pálida o azulada
  • flacidez muscular
  • nerviosismo o por el contrario, poca energía
  • vómitos
  • dificultades respiratorias
  • temblor y/o convulsiones

Los casos más graves de hipoglucemia neonatal pueden producir convulsiones y con ello, lesiones cerebrales en el bebé. En ocasiones, es necesario recurrir incluso a la glucosa mediante vía intravenosa, aunque en la mayoría de casos es suficiente con aumentar la frecuencia de ingestas o darle glucosa de forma oral (utilizando un gel de azúcar).

Complicaciones en la madre

Presión arterial elevada (preeclampsia)

La presión arterial alta puede causar daños tanto a la madre como a su bebé durante el periodo de gestación. Es lo que se denomina como hipertensión gestacional y puede llegar a provocar un parto prematuro, convulsiones o coágulos y sangrados cerebrales.

Las mujeres con diabetes tienen por norma general una presión arterial más alta. Esta subida de la presión, junto con la presencia de proteína en la orina de la embarazada y la retención de líquidos, pueden ser síntomas de una preeclampsia leve. Hablamos ya de una complicación más seria y que debe ser tratada de inmediato cuando se presentan otros síntomas tales como:

  • dolor de cabeza
  • problemas de visión
  • náuseas o vómitos
  • dolor abdominal
  • dificultad respiratoria

En caso de presentar algunos de estos síntomas debemos acudir al médico lo antes posible. Si el embarazo está muy avanzado, puede ser necesario incluso adelantar el parto para evitar mayores complicaciones.

Diabetes futura

En caso de sufrir diabetes gestacional, las probabilidades de que la madre padezca diabetes del mismo tipo en embarazos futuros se incrementan. De la misma forma, crecen las posibilidades de que esta tenga diabetes de tipo 2 con el paso de los años. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), estas mujeres que han tenido diabetes gestacional desarrollan hasta siete veces más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 tras el embarazo.

Es recomendable por ello realizarse una prueba de diabetes aproximadamente 12 semanas después del parto, para observar si nuestros niveles de azúcar han vuelto a la normalidad. En caso de que sigan altos, nuestro médico puede recetarnos medicamentos como la metformina para conseguir prevenir la diabetes tipo 2.

Como consejo final, desde Insulclock recomendamos llevar una vida saludable, controlando nuestra alimentación y realizando ejercicio físico con cierta frecuencia para mantenernos activos. Es conveniente por supuesto evitar el sobrepeso, tanto antes del embarazo como después.

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Te facilitamos esta infografía de la International Diabetes Federation con los datos más relevantes sobre la diabetes gestacional:

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